Existen dos cosas que amo de los hombres: su hipocresía y su complicidad.

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Me equivoqué de la manera más insana cuando creí estar listo para amar.

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No soy perfecto. Soy solo un triste y pobre sinvergüenza que no tiene remedio, y condenado me siento de no poder amar.

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Escribo un conjunto de palabras que perderían sentido si alguien las lee.

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No tengo pensado abandonarte como lo hiciste en el pasado. Pero eso no implica solidaridad.

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Desnúdate lo más lento posible para que mi sexo espere el momento preciso de sentir la textura de tu piel virgen.

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Sueña conmigo y cuando más me odies verás que no soy tan bueno como crees.

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Sólo deseo un placer que satisfaga mis exigencias. Como no encuentro ese dulce, me dedico a buscar y al mismo tiempo disfrutar.